Palencia

Asegura que las relaciones con una interna de un centro asistencial fueron consentidas

La perjudicada ha residido durante unos seis años antes de que se produjeran los hechos en una unidad de un centro asistencial de Palencia. Estuvo institucionalizada en un orfanato hasta su traslado a España con 11 años. Posteriormente, residió con su familia adoptiva. Desde el punto de vista médico, ha realizado seguimientos en la unidad de salud mental de San Telmo con los diagnósticos de discapacidad mental leve con alteraciones del comportamiento y consumo perjudicial de cannabis.

El Juzgado de Primera Instancia número 2 de Torrelavega dictó el 16 de noviembre de 2016 una sentencia en la que declaraba la modificación judicial plena de la mujer y se rehabilitaba la patria potestad a ejercer por su madre. La mujer, si bien tiene capacidad para consentir relaciones sexuales, teniendo en cuenta las dificultades de comprensión de las circunstancias y sus consecuencias y la posibilidad de desarrollar comportamientos escasamente asertivos, se considera que presenta una especial vulnerabilidad a los abusos en sus relaciones.

El acusado, auxiliar de enfermería, había trabajado varios meses en el centro pero en una unidad diferente. La tarea del acusado consistía en ser apoyo de dos internos y permitió que la mujer, que tenía buena relación con ellos, les acompañase de paseo y a jugar al baloncesto.

Según el fiscal, sobre noviembre de 2022, la mujer y el acusado iniciaron una relación que ella consideraba de noviazgo, ya que creía que se iría a vivir con él y contraerían matrimonio. «La intención del acusado era abusar de su incapacidad intelectual límite y su facilidad de manipulación para obtener con ánimo libidinoso una satisfacción sexual», recoge en su escrito.

El Ministerio Público añade que los dos internos a los que apoyaba empezaron a quejarse a los trabajadores del centro de que estaban hartos de que la mujer y el acusado «se morreasen» delante de ellos. Ante estas manifestaciones, personal del centro visualizó las imágenes de las cámaras de seguridad y, conforme a las grabaciones, el 7 de diciembre de 2022, entre las 18:00 y las 19:00 horas, el acusado se sentó en una silla, la mujer se puso sobre sus piernas, se besaron en la boca, se abrazaron y él le realizó tocamientos.

Antes del 7 de diciembre de 2023, en dos ocasiones el acusado y la víctima mantuvieron relaciones sexuales con penetración vaginal, una vez sobre una colchoneta y otra sobre una cama de agua. Para evitar que uno de los dos internos a los que apoyaba se percatara de lo que ocurría, el acusado, en la primera ocasión, le dijo que corriese en la máquina de la sala multisensorial, donde no existen cámaras, y en la segunda, que se metiese en la piscina de bolas. Asimismo, el acusado y la víctima solo se bajaron la ropa lo imprescindible para que el interno no se diese cuenta de que habían tenido relaciones sexuales.

«El 16 de diciembre de 2022, el acusado fue despedido disciplinariamente del centro y el 19 de diciembre comunicó con la mujer por whatsapp a través del móvil de otro interno y le pidió que negase los hechos porque había hablado con su abogado y todo iba a salir bien», detalla el escrito de la Fiscalía.

En auto del fecha 22 de diciembre de 2022, el Juzgado de Instrucción número 3 de Palencia impuso al acusado la prohibición de acercarse a menos de 200 metros de distancia de la víctima, que no ha declarado en el juicio al haber prueba preconstituida y reproducirse en la sala la grabación de su declaración..

Durante el juicio este lunes en la Audiencia, el acusado ha insistido en que la mujer pensaba que eran novios y consintió en las relaciones, y que nunca hubo penetración vaginal en las mismas.