El Clínico de Valladolid retoma las obras de las consultas externas con otros dos años de retraso

Desde entonces, el parón más importante lo sufrió de forma parcial en marzo de 2014 y, por completo, en septiembre del mismo año por problemas con la constructora. Hace ahora dos años, la Consejería de Sanidad anunció que reanudaba las obras, iniciadas en 2007, e iniciaba la tercera fase, la que suponía la demolición del edificio Bañuelos, que acogía Anatomía Patológica (servicio hacía tiempo trasladado) y la antigua central térmica, en la calle Sanz y Forés. Iba a ser –y será– una obra especialmente sencilla porque la demolición, al no precisar estrategias de traslado dado que el inmueble estaba vacío, carecía de dificultad y tampoco la tenía el levantar obra nueva sin necesidad de la convivencia con la asistencia, como ha ocurrido con anteriores fases y pasará en las futuras. Sin embargo, Sacyl esperó a enero de este 2019 para sacar la licitación de la redacción del proyecto. La Gerencia de Salud adjudicó a la UTE formada por los arquitectos Gabriel Gallegos Borges, Juan José Arévalo Camacho y José Miguel Cámara Rey el contrato de redacción del proyecto de ejecución y dirección facultativa de las obras del nuevo edificio de consultas externas, previsto por un importe de 544.500 euros. La Junta no pidió hasta junio la licencia de obra al Ayuntamiento de Valladolid que, finalmente ayer, vio luz verde. Pese a las prisas e interés por acometer esta nueva etapa anunciadas por el anterior equipo de Sacyl, dado que el Clínico sumaba y sumaba conflictos y retrasos, finalmente aquel anuncio de octubre de 2017 se convertirá, previsiblemente pronto, en una realidad con retraso.

Explica el concejal de Movilidad y Espacio Urbano del Ayuntamiento de Valladolid, Luis Vélez, que «la tramitación por parte de la Administración local ha sido normal en cuanto a tiempo. Esta es una obra que por sus peculiaridades lleva encadenamiento de licencias, por problemas presupuestarios, se han concedido incluso ya de primera ocupación;pero no de todo a la vez».

La demolición de este inmueble liberará el espacio necesario para construir el edificio de cinco plantas y 16.450 metros cuadrados de superficie, dos galerías de comunicación entre éste y las torres del Clínico, una para pacientes y otra para profesionales, así como un núcleo nuevo de instalaciones y comunicación vertical para todo el ala sur, las 15 plantas, que sumará 1.842 metros cuadrados a la superficie actual. Además se va a actuar sobre la torre sur del hospital, concretamente en su planta baja, en una reforma interior de más de 850 metros cuadrados.

El bloque a diseñar, que se construirá en el lateral que da a la calle Sanz y Forés, tendrá un total de 222 locales, de los cuales 168 serán consultas y 54 espacios técnicos o de apoyo, distribuidas en cuatro plantas y el sótano será destinado a sala de extracciones. Este tamaño está calculado por las previsiones del plan funcional que calcula un flujo diario de unas 3.000 personas, entre pacientes y familiares.

El proyecto incluirá un mínimo de cinco ascensores y escaleras mecánicas en todas las plantas, con una climatización adecuada tanto en verano como en invierno. De hecho, se prevé que las consultas, que serán de 18 metros cuadrados con zona de entrevista clínica y de exploración separadas, den todas a un patio de luz que ofrecerá iluminación natural.

Está prevista además en la ejecución de las obras una nueva salida del aparcamiento del clínico por la calle Sanz y Forés, con el objetivo de mejorar los flujos de entrada y salida en horas punta y evitar las aglomeraciones que se producen en la actualidad.

Este nuevo edificio supone una oportunidad para reorganizar también los accesos peatonales, de forma que el intenso flujo matinal a consultas quede fuera del Edificio Torre. Es más, una de las pasarelas de conexión que se van a construir se aprovechará como entrada principal cuando se acometan las obras del nuevo edificio de entrada que cambiará totalmente la fisonomía actual del Clínico.

En este sentido, se han planificado circuitos diferenciados de pacientes y profesionales hacia y desde el nuevo bloque de consultas, con una conexión directa desde el aparcamiento, lo que facilitará el acceso interno del personal –incluido hospitalización y servicios generales– y mejorará la confortabilidad de enfermos y familiares.

El plan funcional redactado por los técnicos de Sacyl prevé que las consultas se ubiquen en módulos de ocho, con una sala de espera de unas 40 personas sentadas en cada uno. En cuanto a la distribución por plantas, en la de acceso principal a nivel de calle, que se corresponderá con el sótano del Edificio Torre, se han tenido en cuenta aquellos servicios con mayor volumen de pacientes, con el objetivo de minimizar el impacto en la circulación, o los que tengan una edad media elevada, como los de Medicina Interna, Traumatología y Oftalmología-. La planta -1 estará destinada en su mayor parte a ubicar la nueva zona de extracciones para análisis clínicos, lo que evitará otro gran flujo de personas en el edificio principal.

En la primera , que se corresponde con el semisótano actual, estarán servicios como Oncología, Neurología, Otorrinolaringología o Cuidados Paliativos. En la segunda, que coincidirá con la baja general, se ubicará un mostrador para las citaciones establecidas por los especialistas en ese momento y también servicios como Hematología, que necesitan estar próximos al laboratorio central o aquellos como Digestivo o Neumología, que requieren tener cerca la zona de gabinetes de exploración.

Por último, en la planta 3 irán los que necesitan estar cerca del bloque quirúrgico, como son todas las cirugías, Ginecología o Urología.

En definitiva, indican fuentes del Clínico, «se ha pensado en una distribución de espacios que, junto a los ubicados en el Centro de Especialidades Pilarica y en el Edificio Rondilla, respondan a las necesidades asistenciales de futuro del Área Este de Valladolid, en función a su entorno demográfico y poblacional, favoreciendo la accesibilidad y la confortabilidad y garantizando, desde un punto de vista de sostenibilidad, una adecuada relación con los edificios actuales».

La próxima fase, la penúltima de las cinco anunciadas, prevé la ejecución de las obras de traslado de Medicina Nuclear y la ampliación del Servicio de Radioterapia. Según la planificación inicial, las primeras deberían haberse realizado en 2018, y las segundas, que incluyen la adquisición de un cuarto acelerador lineal, en el presente ejercicio 2019. Aunque todo apunta a nuevos retrasos a falta de tres meses para acabar el año.

El siguiente paso será especialmente complicado. La reforma de la plantas de hospitalización, cuyo proyecto se debería haber licitado también el pasado ejercicio, requerirá una difícil coexistencia con la atención a pacientes ingresados, dado que para esta finalidad nunca se consideró emplear el edificio Rondilla (antiguo RíoHortega) como sí ha permitido un claro desahogo para otros servicios mientras se ejecuta la reforma. La última fase será la construcción del denominado edificio de acceso, que eliminará la conocida y actual rampa de acceso y contará con un nuevo salón de actos, cuya construcción tendrá lugar, según previsiones, a la finalización del edificio de consultas externas.

Ya, en la actualidad, hay 45 habitaciones que tenían tres camas reducidas solo a dos, el 39,5%; de forma que ya se alcanzan 193 dobles. La remodelación permitirá reconvertir, poco a poco, las 69 pendientes.

Durante este tiempo de espera a la demolición del edificio Bañuelos, el hospital ha mantenido viva parte de las obras y se han realizado diversas actuaciones como la reforma global de la zona de paritorios y laboratorio de fecundación in vitro; sala de broncoscopias, de vestuarios, renovación del jardín, barandillas de seguridad y modificación de tuberías; baños, renovación de cabeceros para la televisión, reforma de las plantas sexta y novena o saneamiento de la cocina, entre un largo listado de 36 actuaciones, según informan fuentes delHospital Clínico. Actualmente se trabaja en la ampliación de la Unidad de Cuidados Intensivos.