Borrar
María José Amor y sus hijos Javier y Alejandro observan el cuadro con la imagen de Antonio Diez. Marta Moras

Maria José Amor, dueña de Los Candiles de Toño

Cinco años de la pandemia que cambió el mundo

«Sufrimos una ruina personal, profesional y económica»

La viuda de Antonio Diez Mollá relata cómo ha reflotado el restaurante que abrió con su marido en 2003 y que ahora lleva ella con sus hijos «en su honor»

J. Olano

Palencia

Viernes, 14 de marzo 2025, 08:39

«Toño era un diez», afirma emocionada su viuda, María José Amor para recordar a su marido, Antonio Diez Mollá e incidir en que su apellido era sin tilde, un número de máximos, como él, una persona que en los cinco años desde su fallecimiento le ha reportado sobre todo cariño, a través de sus recuerdos y a través de la infinidad de gente que le quería. «Toño era muy bueno y muy querido», dice la viuda del hostelero de Los Candiles fallecido a los 53 años por covid al poco del estallido de la pandemia, el 18 de abril de 2020.

María José Amor Calleja recuerda este 14 de marzo de hace cinco años entre lágrimas. «Teníamos reservas para ese fin de semana, todo preparado, y reunimos a los empleados para mandarles a todos para casa. Toño ya tenía mucha tos», afirma. Seis días después sufrió en casa un episodio de insuficiencia aguda que le llevó al hospital, directamente a la UCI, desde la que durante casi un mes llamaban a diario a María José para darle el parte de salud de su marido.

Los días transcurrían eternos, siempre esperando la llamada, algunos días llegaron a albergar esperanzas de que se repusiera, pero no fue así. «Para mí falleció el 20 de marzo cuando se lo llevaron en la ambulancia y ya no pudimos volver a verle, solo un día a través de los cristales de la UCI pero estaba boca abajo y eso no fue verle», solloza, hundida por lo que su marcha significó además para sus dos hijos, Alejandro y Javier, de 23 y 19 años entonces. Y para el negocio, porque Toño Diez era el alma de Los Candiles, y eso que el restaurante pita ahora como a él le hubiera gustado.

El matrimonio se conoció en la hostelería y llevaron negocios en Palencia durante 33 años, 16 juntos en el actual de la calle Los Soldados, que abrieron el 3 de octubre de 2023. «Yo he trabajado mucho, pero él lo llevaba todo, las compras, proveedores, cuentas, bancos... y cuando falleció, me quedé sola, con el restaurante cerrado, sin saber qué hacer», rememora con la satisfacción de haber salido adelante junto a sus hijos. «Nos reunimos los tres y nos preguntamos qué querría él, incluso cuando tenemos que poner alguna nueva idea en marcha o tomar una decisión, siempre pensamos en lo que él haría en esa situación», explica.

Y no oculta María José Amor que habla con él a diario y que en periodos vacacionales se lleva a casa el cuadro que ahora preside el restaurante que Antonio Guzmán Capel pintó a través de una foto de una copa de Europa. Porque Toño era madridista y racinguista, ya que era oriundo de Santander, cuyo faro guarda parte de sus cenizas.

«Sufrimos una ruina personal, profesional y económica, pero él nos enseñó a tener una actitud positiva, y un día, después de tanta incertidumbre, después de casi diez meses cerrados o con tantas restricciones que no podíamos trabajar, decidí tirar para adelante, sobre todo porque necesitaba tener la cabeza ocupada, y porque como Toño decía, uno se arrepiente de lo que no hace», relata María José Amor, a punto de cumplir los 59 pero sin pensar ni de lejos en jubilarse, «también por él, porque en el restaurante estamos recogiendo los frutos de todo lo que él sembró, tenemos clientes desde hace 35 años cuando empezamos en este gremio», dice acompañada siempre por sus dos hijos y satisfecha al comprobar cada día el cariño y la gratitud con que alumbran los candiles.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla «Sufrimos una ruina personal, profesional y económica»