
A la legislatura de Castilla y León le sobra tiempo
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Mañueco recorta sus respuestas a Vox y a Igea mientras el PSOE fuerza en asuntos sanitariosDos minutos le sobraron a Mañueco en su respuesta a Vox. Que no difirió demasiado, en esencia, de las últimas. «No fueron ustedes los que ... salieron del Gobierno, fueron sus jefes de Madrid los que les hicieron salir». O esta otra frase: «Esa obsesión que tienen alimenta a Sánchez y eso es malo para Castilla y León y para España».
«¡Dos minutos! ¡Le han sobrado dos minutos!», se quejaba ostentosamente Pablo Fernández (Unidas Podemos). «El próximo día ni viene», jaleaba Francisco Igea.
Entonces le llegó el turno a la pregunta de Francisco Igea. Que tiraba por la pandemia. Y que aprovechó para replicar a Luis Tudanca (PSOE), que le había endosado a Mañueco que en Castilla y León también se había aplicado «un protocolo de la vergüenza» como el de Madrid. «Hoy en la respuesta a la primera pregunta le han dicho que hubo un protocolo que no hubo», le recordó Igea a Mañueco. «Pero usted se ha negado a contestar la acusación. Este es el informe de la comisión ciudadana por la verdad en las residencias de Madrid. La diferencia porcentual entre el valor observado en defunciones y el esperado en residencias: en Madrid el 129% y en Castilla y León, el 3%. […] No estaba el protocolo, nunca lo estuvo, nunca se dio esa orden, pero como usted -por Tudanca- tiene delante a un señor -por Mañueco- que no tiene liderazgo ni lo tuvo entonces, no sabe la respuesta». De una contestación, dos mandobles.
Dio igual. Mañueco bajó el tono para contrarrestar el volumen más elevado de Igea y se limitó a decir que «la sanidad de Castilla y León es la segunda mejor valorada por los usuarios» y le emplazó a repasar «dónde estaba la comunidad en otras épocas». Y remató con: «El liderazgo no se gana dando voces, se gana con la seriedad, la responsabilidad, como hacemos en Castilla y León».
Le sobraron dos minutos y medio. De nuevo Pablo Fernández escandalizado en el escaño. Y las risas de Igea. Un curioso tándem el del grupo mixto. En la legislatura del covid, cuando Igea actuaba como escudero del socio, se sometieron ambos a cruces dialécticos mucho más duros. «¡No contesta a nada!», dice Fernández. E interviene Carlos Pollán, que no tiene ganas de llamar al orden aún, «que estamos en la cuarta pregunta». «Cada uno contesta lo que cree conveniente», dice el presidente de las Cortes.
Porque a estas alturas, con techo de gasto aprobado pero sin presupuestos; con iniciativas legislativas de la oposición que tienen más visos de salir adelante que las del Gobierno; con Luis Tudanca amortizado; con Francisco Igea y Pablo Fernández de salida; y con Vox como exsocio al que no se quiere dar mucha bola, a esta legislatura le sobra tiempo. De hecho, Mañueco solo agota el crono cuando responde al PSOE. En Vox aportan una clave de este movimiento que empieza a ser inusual: es el momento que aprovecha en cada Pleno para atacar al Gobierno de Pedro Sánchez.
«Han traído ustedes ocho preguntas sobre sanidad», contabilizaba el consejero Alejandro Vázquez en una respuesta al PSOE. «Como tienen una manifestación por la Sanidad…», justificaba. Algo de eso hay. Se respira clima preelectoral, pero con el inconveniente de que aún queda un año para poner las urnas. Así que el debate en el hemiciclo se ha convertido en una suerte de repetición, de bucle de preguntas que buscan batalla, algunos sin mucho ahínco, y respuestas que la evitan.
En este escenario solo aparece la novedad del nuevo procurador socialista, el zamorano Carlos Fernández, que por segunda vez en dos legislaturas sustituye a Inmaculada García Rioja, recientemente fallecida. Prometió su cargo «por los gitanos y las gitanas». En la bancada de Nuria Rubio y Patricia Gómez Urbán, las nuevas jefas de facto, hay ahora menos aplausos y entusiasmo y más sensación de compás de espera. Con los socialistas inmersos en la celebración de sus congresos provinciales, ahora es Luis Tudanca el que aparece desencadenado. 'Tudanca unchained', como el Django de Quentin Tarantino. Replica en voz alta a Igea, a Mañueco, con el volumen más elevado que de costumbre. La periodista Olga Rodríguez titulaba un libro sobre Oriente Medio con un dicho, «el hombre mojado no teme la lluvia». Y ahí está lo que queda de vida de esta legislatura: ni Tudanca ni Vox tienen nada que perder ya. Por eso Tudanca habló respecto a la salida de la directora general de Salud Pública tras sus declaraciones en Castilla y León Televisión y señaló a este medio como «telemañueco». En el momento en que Vox, con su enmienda a la ley de publicidad institucional, pretende que la televisión autonómica privada (50% de Promecal y 50% de Edigrup) sea controlada por las Cortes. «Primero Feijóo, luego Esther Muñoz y ahora Miguel Tellado le han dicho que sin mayoría parlamentaria no se puede gobernar», se burló David Hierro (Vox), dándole la vuelta al significado de unas declaraciones que iban dirigidas al Gobierno de Pedro Sánchez. «Dice que hemos perdido el 15% de los parlamentarios [por los dos díscolos expulsados]. Pero usted ha perdido el 30% del Gobienro con el que empezó la legislatura».
Por eso precisamente a este mandato le sobra tiempo.
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