Unas patatas caseras con receta secreta en un bar clásico de La Rondilla

Lleva poco tiempo en esta zona La Rondilla -tan solo tres meses en la plaza Ribera de Castilla- pero Manuel Gutiérrez ha conseguido en este breve período de tiempo elaborar una receta original y única que hace que decenas de clientes vengan a diario a La Herminia, un clásico de este barrio. Este bar, además de servir deliciosos platos en el que las hamburguesas son las protagonistas, también elabora un montón de tapas con las que los vecinos del barrio pueden acompañar el vermú o salir de picoteo después de su jornada de trabajo.

«Llevamos en esta zona poquito tiempo pero la gente está muy contenta, la mayoría vienen porque quieren probar nuestras patatas» comenta Manuel Gutiérrez mientras nos explica el origen de su receta secreta. Porque sí, por suerte o por desgracia, se tratan de unas 'patatas cazurras' cuya salsa es todo un misterio que nunca saldrá a la luz. «Me lo pregunta todo el mundo pero no lo puedo decir, es secreto de la abuela Pilar» asegura mientras se dispone a servir un contundente plato de patatas.

A pesar de no revelarnos los ingredientes de su salsa, Manuel no tiene problema en explicar el proceso para elaborar las patatas, las cuales son muy agradables para el paladar al ser blanditas y tener mucho sabor gracias al pimentón y a una mezcla de cayenas que espolvorean por encima. «Todo aquí es casero, la patata la trabajamos pelada y chascada a mano» apostilla. Después, se confitan a baja temperatura para después, con una fritura muy fuerte al final, lograr que esté crujiente por los bordes y melosa por dentro.

Una vez esparcen su salsa cazurra, el plato está listo para servir. El resultado es un sabor único pero con la esencia de una tapa clásica como las patatas fritas. Por ahora, parece que el éxito está asegurado en La Herminia aunque su dueño, que no se conforma con poco, ya piensa en nuevas ideas para un futuro no muy lejano. «Todas las semanas sacamos algo diferente, queremos sorprender al público y ofrecer nuevas experiencias» dice.

Aunque la innovación y las nuevas recetas son un claro objetivo de este veterano hostelero, los vecinos de La Rondilla pueden estar tranquilos ya que también mantiene la esencia del clásico bar de barrio, con una carta amplia de desayunos para empezar el día con buen pie, pinchos de tortillas variadas y como no, un buen guiso casero y elaborado en el mismo día, algo que tampoco puede faltar en ningún bar de Castilla y León.

«En poco tiempo hemos introducido varias cosas nuevas y está claro que nuestras patatas son ahora mismo el plato favorito de los clientes, pero lo mejor está por llegar» advierte un orgulloso Manuel Gutiérrez que, con una receta casera, secreta y creada por su abuela, se ha hecho un hueco en uno de los barrios más poblados de Valladolid y que dispone de una amplia oferta gastronómica.

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